En general el diagnóstico de la patología en las glándulas tiroideas se realiza en base a datos clínicos y alteraciones analíticas por el médico endocrinologo.

Sin embargo, en ocasiones algunos hallazgos ecográficos característicos pueden ser fundamentales para orientar el diagnóstico y diferenciar una tiroiditis de una patología potencialmente maligna.

Tiroiditis de hashimoto: la gran simuladora

Es una patología muy prevalente (5-10% de la población general). Se trata de una infiltración linfocitaria crónica  que puede tener un volumen normal o aumentado de tamaño (enfermedad de Hashimoto). Si está disminuido se habla de tiroiditis atrófica; suele ser de larga evolución y predomina la fibrosis.

Es de suma importancia la utilización del doppler color para ver el grado de actividad de la enfermedad.

Eventualmente, la mayoría de los pacientes desarrollarán síntomas de hipotiroidismo y menos frecuentemente debutan con sintomas de hipertiroidismo.

Conocer las entidades con potencial afectación difusa de la glándula tiroidea y sus hallazgos característicos por imagen facilita un manejo diagnóstico precoz y de certeza, que evita retrasos en la detección de una patología potencialmente agresiva y permite un manejo médico adecuado en entidades benignas.

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